Del mismo modo, las grandes empresas tecnológicas están aprovechando el poder del estímulo-respuesta para predecir tus comportamientos y adaptaciones al entorno de compra o de interacción. Veamos un ejemplo. Compras un par de zapatillas de gimnasia en Amazon. De repente, recibes sugerencias sobre más zapatillas de gimnasia y material deportivo. Si actúas sobre estas ofertas, recibes más sugerencias, cada una un poco más precisa que la siguiente.
Apliquemos este mismo concepto a la tecnología de pulverización. Con las herramientas adecuadas: láser, sensores, cámaras y software basado en IA, podemos incorporar la adaptación biológica a un sistema de pulverización. Por ejemplo, colocamos un sensor en cada boquilla que vendemos y proporcionamos al cliente un dispositivo de acompañamiento que recibe mediciones de flujo y presión en tiempo real. Las mediciones ideales de flujo y presión se programan en el dispositivo y, cuando estas mediciones se desvían, se envía una señal al cliente.
En su forma más simple, tenemos estímulo y respuesta. Si la medición del caudal o la presión de una boquilla es anormal, se envía una señal al dispositivo receptor. Este sistema se está desarrollando ahora y pronto estará disponible. Esto, por sí solo, es revolucionario. Pero, ¿cómo podemos pasar ahora a la respuesta? ¿Cómo podemos hacer que este proceso emule las estructuras biológicas?
Lo primero que se me ocurre es un sistema de autocuración. Si el caudal es demasiado alto, se envía una señal al dispositivo receptor, que a su vez envía una señal al sistema de pulverización para regular el caudal. Las posibilidades de un dispositivo de este tipo son infinitas. ¿Dónde ve usted sistemas que emulen estructuras biológicas? ¿Cómo podemos empezar? Póngase en contacto con nosotros para tratar el tema con más profundidad o conecte conmigo directamente a través de LinkedIn.